jueves, diciembre 18, 2008

DISTANCIA

“Las relaciones a distancia no funcionan. Entre tu parte de la cama y la mía hay un abismo insalvable…”
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Está allí tumbada, dándole la espalda, preguntándose cómo puede ser que algo tan sencillo como alargar el brazo y acariciarle sea tan complicado. Tan imposible. Tanto como que lo haga él. Se prometió no volver nunca más a dormir una noche con el pecho cargado de lluvia y allí está, viendo la tormenta desde el acantilado. Y el vértigo se hace cada vez mayor. Cada vez más grande. (Sólo quiero un suelo por el que poder caminar y avanzar contigo, pero no lo encuentro. Contigo solo puedo tirarme al vacío. Sólo quiero un suelo por el que caminar y avanzar. Caminar. Y avanzar).
Se levanta de la cama de un salto y él ni se inmuta (sé que estás despierto…). Sale del cuarto y se va al de invitados y cierra la puerta. Y abre la ventana. Desde allí se ve el cielo. Se ve la luna y las estrellas, y no recuerda cuando fue la última vez que las vio acompañada. (Llevo tanto tiempo sola que lo único que me apetece es estar sola).

A la semana siguiente, desde la casa de sus padres recuerda cada momento tierno. Cada sonrisa y cada caricia y le duele porque en el fondo le parece que alguna vez las imaginó pero nunca existieron. (Tú y yo no nos quisimos nunca y ahora no quiero que nadie me quiera, tampoco tú).

Vivirá sola un año. Compartirá de nuevo piso con alguna amiga y conocerá a dos o tres hombres más interesantes que la mayoría. Y decidirá que le gusta hacer cosas sin que nadie sepa que las hace. Salir a pasear, o leer en una plaza, bailar por toda la casa mientras friega, dormir en medio de la enorme cama, y decidir que el amor es algo maravilloso y platónico que nunca ocurre de verdad. Pero se siente valiente y feliz. Tal vez más feliz de lo que nunca ha sido… aunque algunas noches llore porque la cama se haga aún más grande de lo que es. Y conocerá gente nueva, cada vez más, y le interesarán más cosas, y viajará. Y de pronto un día descubrirá que es capaz de todo… Hasta de enamorarse de verdad y cuidar de ese amor para siempre. Y seguirle hasta donde sea o dejarse acompañar por él al fin del mundo, allá donde las distancias no tienen sentido, donde todo funciona.

PROMESA

(a Elsa cuando a veces flota por el techo de mi salón…)

Esta noche es más oscura que cualquiera que he conocido hasta el momento. Es más oscura en su realidad cercana que cualquiera que he imaginado en mi vida. Tiene el tono oscuro de la ausencia, de los agujeros negros, de las puertas cerradas, del viento que no sopla, del silencio más denso.
Pero las noches nunca duran para siempre. Ni cuando deseamos que así sea, ni cuando tememos que ocurra. Mañana sin embargo, por cuestiones de trabajo, cuando me levante seguirá siendo de noche. Odio madrugar. Y puesto que saldré a la calle sin la compañía del sol, todo será oscuro al comenzar el nuevo día. Y la llegada de la claridad me pillará de nuevo encerrada entre cuatro paredes, bajo unos focos de luz artificial.
Quiero hacer tantas cosas que al final no haré ninguna. Y eso hoy por hoy me pesa más que nunca. He frenado el paso en mi camino hacia el ocaso porque esperaba a alguien que al final ha decidido no acompañarme, y ahora tengo que volver a acelerar la marcha, pero con calma. Nadie me da la mano y puede que haya momentos que me sienta indefensa. Nadie me da la mano y puede que haya momentos que pueda correr de nuevo y alcanzar un tren, un autobús, un sueño… Hoy solo sé que quiero seguir caminando. Siento libres mis pies sobre el camino, siento libre mi cuerpo sobre mis piernas, siento libre mi mente sobre mi corazón, ese ciego jefe de presidio.
Amo tanto la libertad que no voy a aceptar otra cárcel que no sea el mundo entero. Mi amistad es libre y así la amo. Y a mi compañero, llegue cuando llegue y venga de donde venga sólo le pediré que me dé lo que quiera darme, libremente, y que por favor deseche el miedo, porque el miedo petrifica y no deja caminar. No quiero parar de caminar. No quiero que mi mente pare, ni que mi cuerpo pare, ni que mis ojos dejen de ver cosas nuevas, ni mis labios dejen de sentir nuevamente, ni mis manos dejen de tocar… No quiero dejar de viajar, por el mundo que fuera de mi casa gira y gira día y noche, ni por el mundo que dentro de mi casa y de la tuya crece y crece cada nuevo amanecer.
Cada botella que descorchemos será un nuevo descubrimiento. Cada nueva idea compartida será una cura de vida. Cada nuevo amanecer iluminará a la noche oscura precedente y así cada día de mi vida que comparta contigo: gris o irisado, comprendiéndonos o extrañándonos, defendiéndonos o simplemente apoyándonos, cada día recién nacido anulará con su fuego a todas las noches oscuras que me encuentre en el camino. Mi noche oscura de hoy dará paso a nuestro día luminoso de mañana, lo decido y lo quiero.

Así sea.
2004

Necesito un vino.


Por favor, fíame, será el último, lo prometo. Por favor… con un vino lo veré todo más claro y podré contarte muchas más historias maravillosas. Ponme otro vino, anda, ¡qué te cuesta! La botella se va a echar a perder, mañana estará picado. No pienso moverme de esta banqueta hasta que me pongas el último y brindemos por todos estos años de fidelidad, ¿eh amigo? Te he visto sonreír no te des la vuelta. Por favor, Mariano, ¡no me hagas sufrir así! ¡Mira que eres malo! ¿Es que no he pagado todas mis cuentas? Por una que se me pasó una vez…y ya sabes, no pude venir a pagártela. Pero me la perdonaste y eso es agua pasada. Venga, ¡vamos a brindar! Por todos los buenos momentos vividos en esta taberna. Y por sus mortecinas luces que nos hacen a todos más feos aquí abajo. Aunque tampoco necesitamos mucha ayuda para eso ¿eh? ¡Te has vuelto a reir! Te he visto… si, si, mira nuestra foto el día que abriste el bar: Andrés, Juanito, el Yayo, tu hermana Candela, que mira que está guapa en esa foto la condená… y yo, con la copa en la mano, como siempre. Venga Marianito, vamos a brindar por otros 40 años como estos, porque no te faltemos nunca los clientes de siempre, amigos desde chicos. ¡Y porque te vengan chicas guapas como nuevas clientas! ¡Que a ellas hasta debajo de estas luces da gusto verlas!
Mariano, coño… Y nada que no me lo pone. Una mísera copa de vino. Bueno, pues ya no te lo pido más. Pero no pienses que me voy a marchar. Aquí me quedo hasta que te canses y llenes de una vez dos copas para brindar conmigo. Siempre fui el último en cerrar el bar. Y seguiré siéndolo. Aunque lleve diez años muerto. ¿Me has oido? Qué me vas a oir… ¡Deja de mirar la foto esa con ojos de cordero degollao coño! …y ponme un vino de una vez, Mariano.

LUGARES: Ardis


"...uno puede estar enamorado del Tiempo, ser un sibarita de la duración. Yo amo sensualmente al Tiempo, su tejido y su extensión, la caída de sus pliegues, el mismo carácter impalpable de su cendal grisáceo, el frescor de su continuum. Querría hacer algo con él, abandonarme a un simulacro de posesión. (...) Sé también que el Tiempo es un perfecto caldo de cultivo para las metáforas. ¿Por qué es tan difícil —tan vergonzosamente difícil— fijar en la mente el concepto de Tiempo y conservarlo allí para su examen? ¡Qué esfuerzos, qué tanteos, qué irritante fatiga (...) Tal vez la única cosa que permite entrever el sentido del Tiempo es el ritmo. No los latidos recurrentes del ritmo, sino el vacío que separa dos de esos latidos, el hueco gris entre las notas negras: el Tierno Intervalo. La pulsación misma no hace sino recordar la triste idea de la medida, pero entre dos pulsaciones hay algo que se parece al verdadero Tiempo. ¿Cómo puedo extraerlo de ese tierno hueco? El ritmo no debe ser ni demasiado lento ni demasiado rápido. A un latido por minuto, mi sentido de la sucesión queda completamente superado, y cinco oscilaciones por segundo producen una oscuridad de la que no es posible salir. El ritmo lento disuelve el Tiempo, el ritmo rápido no le deja lugar."
Ada o el ardor - Vladimir Nabokov

lunes, diciembre 08, 2008

Sobre la tierra amarga


Sobre la tierra amarga,
caminos tiene el sueño
laberínticos, sendas tortuosas,
parques en flor y en sombra y en silencio;

criptas hondas, escalas sobre estrellas;
retablos de esperanzas y recuerdos.
Figurillas que pasan y sonríen
—juguetes melancòlicos de viejo—;

imágenes amigas,
a la vuelta florida del sendero,
y quimeras rosadas
que hacen camino... lejos...


Antonio Machado

lunes, diciembre 01, 2008

CRECÍ EN LOS OCHENTA





Video del supermega hit single "Crecí En Los Ochenta"

Para este video secuestramos a George Lucas y lo mantuvimos encerrado en un zulo con un PC y el Adobe Premiere. Lo alimentamos a base de tranchetes y apetinas. Lamentablemente se fugó al tercer día y tuvimos que acabar el video nosotros mismos. Y eso se nota en la calidad final.

RENO RENARDO... ENORME