jueves, diciembre 18, 2008

Necesito un vino.


Por favor, fíame, será el último, lo prometo. Por favor… con un vino lo veré todo más claro y podré contarte muchas más historias maravillosas. Ponme otro vino, anda, ¡qué te cuesta! La botella se va a echar a perder, mañana estará picado. No pienso moverme de esta banqueta hasta que me pongas el último y brindemos por todos estos años de fidelidad, ¿eh amigo? Te he visto sonreír no te des la vuelta. Por favor, Mariano, ¡no me hagas sufrir así! ¡Mira que eres malo! ¿Es que no he pagado todas mis cuentas? Por una que se me pasó una vez…y ya sabes, no pude venir a pagártela. Pero me la perdonaste y eso es agua pasada. Venga, ¡vamos a brindar! Por todos los buenos momentos vividos en esta taberna. Y por sus mortecinas luces que nos hacen a todos más feos aquí abajo. Aunque tampoco necesitamos mucha ayuda para eso ¿eh? ¡Te has vuelto a reir! Te he visto… si, si, mira nuestra foto el día que abriste el bar: Andrés, Juanito, el Yayo, tu hermana Candela, que mira que está guapa en esa foto la condená… y yo, con la copa en la mano, como siempre. Venga Marianito, vamos a brindar por otros 40 años como estos, porque no te faltemos nunca los clientes de siempre, amigos desde chicos. ¡Y porque te vengan chicas guapas como nuevas clientas! ¡Que a ellas hasta debajo de estas luces da gusto verlas!
Mariano, coño… Y nada que no me lo pone. Una mísera copa de vino. Bueno, pues ya no te lo pido más. Pero no pienses que me voy a marchar. Aquí me quedo hasta que te canses y llenes de una vez dos copas para brindar conmigo. Siempre fui el último en cerrar el bar. Y seguiré siéndolo. Aunque lleve diez años muerto. ¿Me has oido? Qué me vas a oir… ¡Deja de mirar la foto esa con ojos de cordero degollao coño! …y ponme un vino de una vez, Mariano.

No hay comentarios: