jueves, julio 21, 2005

MINI RELATO


ADIOS MADRID

Ahora que me marcho de Madrid y no sé cuando volveré, paso por última vez por el callejón del Gato para mirarme en sus espejos, como Max Estrella. Y los espejos me hablan de mí sinceramente, esperpénticamente. En estas calles me hice el alma jirones, y caminé boca abajo, y le aullé a la luna. Hoy escucho la radio desde mi coche en la autopista y una voz de locutor me cuenta que esta noche alguien rompió los espejos en el Callejón del Gato. Y se quedaron todos rotos por el suelo, como los pedazos de mi corazón.
Qué tendrá Madrid. Es ruidosa, está fea, se enfada contigo por las mañanas y no te hace caso cuando vuelves cansada a casa. Te ignora durante días y luego de pronto, una sola noche de luna que te ofrece sus risas en una taberna, se queda con tu corazón. Pero el mío se rompió con tanta triste realidad. Necesito encontrar otro escenario donde no me duelan los pulmones cuando quiera seguir soñando.
He llegado a la playa donde viviré a partir de hoy. Abro mi bolso y saco de él un trocito de espejo. Un trocito de mi corazón. El trocito de Madrid que me sigue mostrando quién soy, esté donde esté.

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