miércoles, junio 11, 2008

Tristeza a la luz de una farola

Ayer empecé 'La hora de la estrella' de Clarice Linspector... y de pronto, sin saber por qué, tal vez por la tristeza de lo que relataba o la tristeza del lenguaje con que lo hacía, recordé uno de los primeros libros que leí en mi vida, 'Patatita'



Autor: Pilar Molina Llorente

Colección: BV Blanca
Nº de serie: 1

Sinopsis
Patatita, un niño gitano, y su perro Caldero quieren conocer el pueblo al que acaban de llegar con su carromato. Mientras pasean, Patatita se queda mirando el escaparate de una pastelería y, de pronto, se da cuenta de que Caldero ha desaparecido. Patatita hará lo que haga falta por recuperar a su perro y único amigo.


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Era muy pequeña cuando leí este libro. Y me hipnotizó la historia de un niño pobre que sólo tenía en el mundo como amigo, un perro. Recuerdo una parte en la que hablaba de las farolas que parpadeaban en las calles iluminando muy poco alrededor... y creo que fue la primera vez que entendí que hay tristezas en el mundo que son tan cotidianas que para los que viven en ellas, dejan de tener significado. Y no son tristes. Sin embargo para los que somos testigos desde fuera, desde otro plano, como meros espectadores, son tan húmedas y tan pesumbrosas...
Patatita y la norestina de 'La hora de la estrella'... y tantas personas a nuestro alrededor... que nos cruzamos por las calles, o en el metro. Y a veces, a temporadas malas, que vemos en el espejo por las mañanas.

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