lunes, noviembre 24, 2008

ILUSIÓN

Esta mañana, buscando en BAUHAUS enchufes para la oficina, pasé por la sección de adornos navideños. Y ahí estaba de nuevo yo con 7 años apretando mi mano y señalando las guirnaldas, las luces, los arbolitos y velas... No he podido evitar pararme e imaginar como estaría mi casa toda decorada. Pere ha seguido andando y me ha mirado levantando la ceja, como diciendo "no más adornitos eh? hemos venido a lo que hemos venido" Pero me ha dado igual, cada vez que volvíamos a pasar por ese pasillo me detenía de nuevo.
Es cierto que las Navidades son simplemente fechas de consumismo e hipocresía. Cada año que pasa siento más encontrados mis sentimientos cuando está cerca. Porque ya no hay magia en ella para mí y sin embargo no puedo evitar recordar como fueron en mi niñez. Y como me encantaba que llegaran.
En todo esto pensaba sintiéndome un poco sola con mi triste ilusión nostálgica cuando Pere ha señalado hacia la zona de pintura "¡Un caballete! ¡quiero un caballete! y los lienzos son baratos" Y de pronto también él tenía 7 años. Y yo quería pedirle a los Reyes Magos que se lo trajeran. Y se lo traerían si no supiera que mañana o pasado va a acercarse a por él porque no puede esperar. Somos niños impacientes.
No va a ser este año, ni el siguiente, pero a los Reyes Magos les pido que para alguna de mis próximas Navidades me traigan de nuevo mi ilusión de cuando era pequeña. Que me la traigan en la ilusión de otra niña a la que podamos Pere y yo llevar en brazos y enseñar las luces de Navidad...

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